NubeLuz

M.J. dice:
Ah no, pero tiene una foto tuyaaaaaaaaaaaaaaaaaa
M. J. dice:
Jajajajaj
M.J. dice:
Los odio enamorados!
N dice:
Akakkakakakakakakkakaka
N dice:
Sí, mal
M.J dice:
Jajaj, q lindos!
N dice:
Ajajajaja
M.J dice:
Bueno, disfrutalo que es la mejor etapa. Despues viene la verdad de la milanesa. Segui en tu nube de amor y de pepa.

Doctor what´s wrong with me...

Día del amigo

Historias de colectivo

Llego a la editorial. Prendo la computadora. Abro el MSN y como siempre hago un chequeo de toda mi lista: quienes están conectados, los que me dedican frases, los que ya no me dedican nada. En fin.
Sigo bajando con el cursor. Bajo, bajo, bajo hasta que al lado de su nick leo esa frase escrita.

N: Por favor, decime que es verdad
O: Sí, no sabes lo que fue
N: ¡Me imagino! Contame, por favor
O: Fue en el 150. Me subo, pongo la moneda y cuando me doy vuelta la veo en uno de los asientos que da a la ventana
N: ¡Nah! ¿Y?
O: Y la miré. Creo que se dio cuenta. Tenía cara de cansada, harta de que todo el mundo la observe, la reconozcan y se rían
N: Pobre…jajaja
O: Sí, terrible. Estaba igual…jajaja

Al final del día su nick seguía diciendo: “Hoy viajé en el colectivo con la que grita Karinaaaaaaaaaaaaaaaa”.

One LoVe

Cada momento que paso con él. Su mirada, los gestos, las caricias y sus besos.
Me abraza y me muero. Me habla y lo entiendo.
Planeamos, confesamos; nos queremos.
Caminamos por las calles de noche y siento que sueño.
Nos reímos de nosotros mismos. Amigos y amantes, eso siento.
Sus deseos y mis ganas nos fortalecen con el tiempo.
Es por eso que tanto me gusta. Lo miro y no lo creo.
¿Cómo fue que llegó a mi vida? ¿De dónde vino? No lo entiendo.
Sólo se que aquella noche alguien quiso que nos encontremos.

LoSt PaRfuM

Respuestas que nunca llegan

Erica buscó la llave de su casa en el interior de su cartera. Había tomado demasiado vino y tenía un fuerte dolor de cabeza. Él estaba a su lado esperando una respuesta. Quería que le explicara el porqué y ni ella entendía porqué él había actuado de esa manera.
Después de unos minutos de silencio y de mirarse a los ojos intentando robarle un perdón, bajó del auto, caminó hasta la puerta de su casa, se dio vuelta para mirarlo y lo saludó desde la entrada. Era de madrugada y su familia dormía. Intentando no hacer demasiado ruido se sirvió un vaso de agua y fue hasta su cuarto. Dejó su cartera en la silla y se sentó en la cama.
Mientras se desvestía pensaba en lo que había sucedido esa noche: nada que fuera demasiado importante. Simplemente comentarios desafortunados embebidos de buen vino que, a esa hora de la madrugada, sólo podían caer mal.
Antes de acostarse sacó de su cartera el celular. Tenía la esperanza de que él la llamara pidiéndole perdón.
Erica se recostó en su cama y unos minutos después se quedó profundamente dormida. El vino había hecho su efecto.
A la mañana siguiente, ni bien se despertó vio que en su celular había un mensaje nuevo: “Igual seguís siendo la mujer de mis sueños”. Un viejo amor había decidido confesarle lo que sentía.
Ella volvió a la cama y se tapó sin dejar ni una sola parte de su cuerpo al descubierto.
Ahora, buscaba una nueva explicación. Algo que nunca llegaría.

Marche preso