miércoles, 17 de octubre de 2007

¿No parece extraño?

No es raro que vuelva a suceder. Lo llamativo es que yo siga insistiendo sobre el asunto. Que le busque una explicación lógica a sus reacciones como si se tratara de un problema de matemática para una nena de quinto grado.
¿Será que la gente no se alegra cuando algo te sale bien? No lo sé. De todos modos no es extraño. Estuve en otras situaciones y tampoco estuvieron. ¿Cuál es el cable invisible que nos une hoy por hoy? ¿Son tantas las ganas de saber de mi como yo de vos?

Esta mujer comienza a cansarse de ser " la que guarda la basura" bajo la alfombra de su cuarto, la que coloca fotos en su portarretratos cuando en realidad a nadie le importa ni esas fotos, ni mis paredes, ni mis ganas de compartir un mate, ni si estoy bien o mal o si ¿Sigo viva?

La licenciada me ayudaría en este momento. Me diría con su voz finita e irritante: "Bueno, no todos somos iguales. Hay que aceptar a las personas como son y esto ya te sucedió una vez. Lo raro es que a esta altura te sigas sorprendiendo. ¿No será que algo de lo que ves ahí te molesta porque vos sos igual?
Y justo en ese momento rompería en llanto y le gritaría en la cara: "No. No soy para nada igual. Gracias a dios".
Si es que aún existe y no se olvidó de mi.

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