Qué va a ser de mí,
volveré a mentir de nuevo.
Llenaré mi cama de fantasmas, de muertos.
Contaré los días, las calles que nos separan.
Las tardes de domingo esperaré tu llamada.
Maldeciré a las parejas que, abrazadas,
sueñan con habitaciones de hotel desocupadas.
Y odiaré con calma tu risa,
todas mis palabras, nuestra despedida.
Qué va a ser de mí, les diré barbaridades
a los hombres hermosos que pasen por mi calle.
Sin que me invites, me colaré en tus fiestas.
Cuando venga tu recuerdo, reiré con violencia.
Iré a buscarte a los sitios acordados
aunque tú no vengas, aunque me hayas olvidado.
Te escribiré los versos que nunca te hice,
seré puntual como siempre quisiste.
Qué va a ser de mí, emprenderé un largo viaje
para que el eco de tus noches nunca me alcance.
Qué va a ser de mí, dudo que en ningún bar
me puedan servir todo el alcohol que necesito para olvidar.
Iré a buscarte a los sitios acordados
aunque tú no vengas, aunque me hayas olvidado.
Te escribiré los versos que nunca te hice,
seré puntual como siempre quisiste.
Por Ismael Serrano*
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