domingo, 6 de abril de 2008

Mano a mano (The end)


No existen palabras que describan este momento. No existen canciones que representen mi sentimiento.
Ya no hay nadie en este lugar. Sólo vos y yo y este beso eterno, especial y esperado. Podría sentarme en este mismo sitio y anhelarte veinte años más. Podría ponerme los lentes, una y mil veces, tan sólo para que me los quites de esa forma y me confieses de cerca y en voz baja que te gusta como me veo con ellos.
Ojala pudiera parar el reloj y quedarnos así, exactamente así: acostados, mirándonos a los ojos.

¡Qué importa lo que pase allá afuera!
¿Sabés cuántas veces fantasié esto? Soñaba con estar entre tus brazos y que me acaricies. Te espiaba a lo lejos, mientras vos obviabas mi presencia. Sin embargo mi mente creaba momentos con vos. Soñaba con ser la destinataria de tus miradas y de tus palabras.
Ahora te tengo a mi lado y no pienso dejarte ir.

Te beso. Yo también lo hago por que mi boca sin tus besos se seca. Entonces me besas y me confesás que siempre te gusté.
Tengo ganas de gritar de la alegría. Quiero salir a correr por las calles de este barrio y que los vecinos se enteren de la existencia de este loco amor.
Ahora reina un silencio absoluto en tu cuarto.
Mientras vos dormís salgo al balcón a mirar las estrellas. El cielo está limpio, corre un aire fresco y reconfortante. En cuestión de segundos un destello luminoso cruza el cielo. “Quiero que esta noche sea eterna” ¿Podrías concederme ese deseo? ¿Podría despertar mañana, abrazada a él, en este mismo lugar?
Me acuesto a tu lado tratando de no despertarte. Apoyo mi cabeza en tu pecho, puedo sentir los latidos de tu corazón.

"¿Tenés frío?", preguntás. Me tapas hasta la cintura y me besas en la frente. Tu brazo rodea mi cuerpo.
Yo, cierro los ojos y pienso que si esto es un sueño, entonces quiero imaginarlo por el resto de mis días.

1 comentario:

Moe dijo...

Lo acabo de descubrir!!!
Es ficción. Igual me gusta eh.