Por Hermann Hesse- (Premio Nobel 1946)
Breve fragmento de la novela Demian
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero.
Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo. Oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede.
Todos llevan consigo hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Algunos no llegan jamás a ser hombre, y siguen siendo rana, ardilla u hormiga. Otros son hombre de la mitad para arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la naturaleza hacia el hombre.
Todos tenemos orígenes comunes: las madres. Todos venimos de la misma cima, pero cada uno, tentativa e impulso desde lo hondo, tiende a su propio fin.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
1 comentario:
Hermann Hesse estuvo en mis manos adolescentes a los catorce años, entonces creí en su teoría de que el hombre, cada individuo, era un proyecto de algo superior; ahora, después de tantos años, estoy convencido de que el hombre es una colcha de todas las cosas que estallaría en júbilo si llegara a ser insecto, rana o lombriz
!Besos desarticulados!
J.
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