Cada vez que me siento agotada y empiezo a bajar los brazos.
Cuando no encuentro la salida y tengo miedo de no poder enfrentarlo. Cada vez que abro mi corazón y estás ahí para escucharme.
Cuando no encuentro mi norte, te miro a los ojos y recuerdo que, como vos bien dijiste, sigo siendo una heroica sobreviviente.
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