jueves, 1 de octubre de 2009

Reality show


Llego temprano a la redacción. Casi nunca lo hago. Generalmente tardo años en encontrar un lugar para estacionar. Pero hoy, llamativamente, llegué antes que nadie. Antes que todos.
Prendo la computadora, abro el Outlook y el MSN.
Reviso mis mails, ambos dos. Nada que interese.
No hay ruidos, ni voces, por ende no hay personas.
Similar a lo que sucede en mi vida. Silencio, sólo silencio. El silencio es tal que me aturde. No puedo pensar ni ver con claridad. Esta mañana le pregunté a mi terapeuta si se podía estacionar en la vereda de enfrente. "¿Había alguna señal que indique lo contrario?", me dijo y sin saber que responderle sonreí.

“Creo que en tu vida está pasando algo similar a lo que me estás preguntando en este preciso momento. No ves las señales. No podés distinguir. La incertidumbre…el no saber si se puede o no estacionar, si tomas el camino de la derecha o el de la izquierda, si te tenés que quedar o irte para siempre, si merece pensarlo o no, si tenés que levantar o no ese teléfono…”.

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