jueves, 31 de diciembre de 2009

El tren de los sueños rotos


¿En qué pensaba cuando decidí subirme a ese tren? ¿En qué pensaba cuando lo escuchaba hablar y exigirme cosas que, en definitiva, ni él podía sostener?¿En qué pensaba cuando me sentó en esa gran mesa ante 25 personas, fingiendo que el viaje seguía?
¿Cómo alguien tiene cara para vender ilusiones como si fueran globos del parque de diversiones? “Compre, compre, a tan sólo $2. No se pinchan, le aseguro que no se pinchan, ni se desinflan. En su vida no va a encontrar otro globo como este. Mire su color, mire como vuela. Es único. Nunca se irá volando por ahí y permanecerá siempre a su lado. Hágame caso, compre”.
¿Cómo alguien puede ser tan ciego? cuando al lado hay un cartel luminoso e inmenso que le dice: ¡NO LO HAGA, POR FAVOR!.
¿Cómo una persona puede ser tan sorda? Cuando los noticieros, los diarios, las revistas, su jefe, sus compañeros de trabajo, su familia, su psicóloga, y hasta incluso sus propios amigos le dicen: ¡NO LO HAGAS!
Y uno… lo hace. Se compra el billete, se sube al tren, se acomoda, y se ilusiona.
Quiere creer que lo que le venden es verdad. ¿Por qué no puede ser verdad? ¿Porqué alguien no puede comprometerse con lo que dice? ¿Porqué alguien no puede querer cuidarme?.
Y cuando uno empieza a sentirse cómodo con ese viaje (a pesar de los propios miedos, del camino sinuoso, lleno de piedras y trabas) es cuando aparece el guardia y quiere bajarte en la tercera estación. Porque, a todo esto, en la primera y en la segunda, todavía, dura la promesa de que el globo nunca se irá.
Entonces, todo te descoloca. Empiezan los interrogantes, las dudas. “¿Lo del globo no era tan verdadero? Porque a decir verdad, está empezando a desinflarse. ¿Me estafaron?”.
El momento en el que uno tiene que abrir su mano y soltar el globo, pero no. Error se paga con error. Y uno se aferra aún más a ese globo y no lo suelta. No.
El tren sigue su camino y uno sigue viaje pensando que, por ahí, el globo vuelva a inflarse. ¿Porqué no? un error lo comete cualquiera.
¿Y los errores de uno? Porqué cuando entregas tu corazón y equipaje sin pensar en que quizás la tripulación no está en condiciones de cuidar tus pertenencias, ¿Qué pasa con vos? ¿Qué pasa en tu interior que no podés ver los carteles?.
A todo esto, abren tu valija, revisan todos los recovecos intentando encontrar algo para poder bajarte de nuevo: armas de todo tipo, pasaportes falsos, sustancias ilegales. Lo único que encuentran es lo que vos declaraste cuando hiciste el check in: un alma en pena, ilusiones futuras, viejas cartas olvidadas que son de "uno", que pertenecen a un pasado que ya fue pisado, pero que uno tiene derecho a recordar cuando y como quiera, porque es parte de su historia, y un saludo navideño de un familiar/amigo lejano.
¡Zaz! Como si hubieran descubierto oro en polvo, por estas dos últimas cosas, te bajan. Sin tener en cuenta lo que había en juego. Un juego que la misma empresa abrió para que vos te subieras a ciegas, casi tan sorda como muda, casi tan ingenua como testaruda.
En un abrir y cerrar de ojos, te tiraron del tren. Estás en una estación que ni siquiera nombre tiene, en medio de la noche, sola, con el corazón hecho trizas, bañada en lágrimas, tu equipaje abierto, revisado, abollado, y el globo que te vendieron ya no está más.
Y pensas ¿Qué hice para que me pasara esto, otra vez? Juras no volver a subirte nunca más a ningún tren. Lloras a gritos sentada en el banco del andén y la gente pasa, te miran, intentan consolarte, pero lo que sentís no tiene explicación.
No hay consuelo que valga, que alcance.
Ahora estás a píe. Con el alma en pena. Con una valija rota, abierta y más pesada que antes. Sólo queres volver a tu casa para que tu madre te abrace y te diga, una vez más: “Vamos chiquita que todo va a estar bien”, y te hundís en sus abrazos en el medio de la noche, sentada en el sillón, mientras el resto de tu familia duerme, y vos sentís que ese dolor nunca, pero nunca va a sanar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizas,sea hora de madurar y entender que el camino es tuyo. Que nadie te va a decir como se vive, que eso se aprende andando. Y que tenes qye bancarla vos solita con tu alma. para poder entender yccrecer. NO corrar a los brazos de mama o papa. Sino pensar u npoco que desiciones tomás y que podes aprender.
Lo que te pasa es la vida, y nadie te puede decir como vivirla más que vos. Que al maor no ocupe toso tu interes, Tiene que existir algun objetivo superador qu te conmueva y te tire para adelante. Pero lo mejor es tomar esto como un crecimiento.

Ninna Salusso dijo...

Anónimo creo que tenés mucha razón, sólo que pedirle un abrazo a tu vieja/o nunca está demás. En el resto, sí, coincido: pensar un poco las decisiones que uno toma y este gran error me la tengo que bancar solita.

Ninna Salusso dijo...

Gracias Ale, siempre ahí presente, cacheteandome ...ajajaja...me gusta, me gusta!

Gran abrazo colega!