domingo, 31 de enero de 2010

Mi Buenos Aires querido


La temperatura acusaba unos 35 grados.
Adentro del mítico bar “El Faro”, los tangueros se turnaban para hacerle honor al Polaco Goyeneche, Aníbal Troilo y Floreal Ruiz, entre otros.
Tomaba una cerveza en la barra con una amiga, charlábamos de las cosas de la vida y sus sinsabores.

Afuera, el clima ya había aflojado con una tormenta mayúscula y adentro los tangueros se negaban a abandonar el lugar entonando canciones alusivas al clima.
Y en ese escenario, entre canciones de nostalgia y bermu, entre fotos de Carlos Gardel, Adriana Varela y bandoneones, alguien se me acercó por detrás y al oído me cantó:

Tu copa es ésta y la llenaste...

Bebamos juntos, viejo amigo,
dijiste mientras levantaste
tu fina copa de champagne...

La historia vuelve a repetirse,

mi muñequita dulce y rubia;
el mismo amor, la misma lluvia,
el mismo, el mismo loco afán...


Me dí vuelta para ver quien era y cuando encontré la cara de un completo desconocido no pude hacer otra cosa que sonreír.

-“A penas llegaste con tu amiga le comenté a mi compañero: “Mirá la nuca de esa mina. ¿La qué?, me dijo él. La nuca boludo, el cuello.
Tenés el cuello más lindo que vi en mi vida y esa canción de ahora en más, cada vez que la escuches, sabé que es de Floreal Ruiz, para vos”.

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