sábado, 16 de enero de 2010

Ultimamente

No hay mejor lugar que sus brazos para largarme a llorar.
No hay mejores palabras, de experiencia y dolor, que las suyas.
No hay mejor compañía para salir a caminar por Libertador.
No hay nadie que me entienda mejor.
No hay como su empujón, alguien que logre levantarme un sábado lluvioso para decirme que siga buscando, que no baje los brazos.
Quiero dejar los No y volver a los Si, pero me da miedo, y lo sabe.
Dice que soy una sirena, y que surco los mil mares por dónde él navega.
Lo cierto, es que sólo quiero pisar tierra firme y echar raíces. Esto también lo sabe.

No hay comentarios: