Tardé en despertarme hasta que caí en la cuenta de que había sido un sueño casi tan real que podía sentir tus labios con los míos.
Cruzábamos la calle y nos quedábamos parados, mirándonos en silencio, mientras la gente corría apurada a sus trabajos, a sus quehaceres cotidianos.
Nada importaba. Ni la lluvia que comenzaba a caer inesperadamente.
Eran tus manos, tus ojos detrás de otros lentes.
Era tu boca. Eras vos.
4 comentarios:
Que lindo sueño!
Gracias!
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