viernes, 29 de julio de 2011

El fantasma


Me oprime, me quita el aliento, la respiración. Duele en lo más profundo, en lo más superficial. Gira por mi cabeza, da vueltas por el cuarto. Aparece en la cocina, en el balcón y en la terraza.
Me sigue a donde voy. Corre conmigo por todas partes. Lo extraño de todo esto es que ya no está presente, ni por acá, ni por allá. Pero está.
Desde mi ventana veo la sombra, siento sus pasos detrás de la puerta y escucho los ecos de aquel paredón.
Entonces me siento, rezo, pido y espero. Lo intento, juro y deseo. Pero nunca sucede. No desaparece. Sigue ahí. Hoy como ayer, espera en la puerta y sale conmigo, una vez más.

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