Comienzo a desangrarme, lentamente. Me dieron una puñalada en el estómago. No logro visualizar bien la cara del culpable, pero sé que es un hombre. Lo conozco. Siento que lo conozco. Desesperada entro a un consultorio. Le pido, por favor, a un médico que me ayude.
“Me estoy muriendo. Me clavaron un cuchillo. Atiendame”, le suplico entre lágrimas.
El doctor me mira la herida. No se sorprende. Debe haber visto un millón de éstas a lo largo de su carrera. Entonces, responde: “Bueno. Tomá asiento. Adelante tuyo hay DOS personas más. Ya te voy atender”.
Miro al costado y veo DOS mujeres. Una de ellas es mi tía Lilí, la otra no sé. No logro visualizar bien su rostro. De todos modos, también es conocida mía.
Tomo asiento. Comienzo a sentirme verdaderamente mal. Muy mal. Siento que me estoy muriendo de a poco. Me desangro. El doctor me mira. Me aconseja que haga ejercicios de respiración para aguantar hasta que él pueda socorrerme. “Inspirá. Contá hasta 10. Largá el aire. Así sucesivamente..muchas veces”, dice.
Acto seguido: "10(inspiro-exhalo)", "9(inspiro-exhalo)"," 8(inspiro-exhalo)", "7 (inspiro-exhalo)", "6(inspiro-exhalo)"; "5(inspiro-exhalo)"," 4(inspiro-exhalo)"-"3"...........escucho la voz del doctor que me llama. “Pasá por acá. Elegí uno de ésos DOS”, y señala unos objetos similares a DOS mates. Los veo arriba de un estante. Uno es de madera, el otro de cristal celeste.
Tomo asiento. Comienzo a sentirme verdaderamente mal. Muy mal. Siento que me estoy muriendo de a poco. Me desangro. El doctor me mira. Me aconseja que haga ejercicios de respiración para aguantar hasta que él pueda socorrerme. “Inspirá. Contá hasta 10. Largá el aire. Así sucesivamente..muchas veces”, dice.
Acto seguido: "10(inspiro-exhalo)", "9(inspiro-exhalo)"," 8(inspiro-exhalo)", "7 (inspiro-exhalo)", "6(inspiro-exhalo)"; "5(inspiro-exhalo)"," 4(inspiro-exhalo)"-"3"...........escucho la voz del doctor que me llama. “Pasá por acá. Elegí uno de ésos DOS”, y señala unos objetos similares a DOS mates. Los veo arriba de un estante. Uno es de madera, el otro de cristal celeste.
Repentinamente la pesadilla cambia de escenario. Ahora me encuentro arriba de un colectivo. Ya operada. Me recuperé. Me siento bien. Nadie lo dijo. Ni lo leí. Ni lo escuché. No lo ví. Mientras estoy sentada en el colectivo pienso y, en el fondo , sé que una relación cercana me une al médico que me atendió. Muy cercana. Demasiado.
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