Solía buscarte por la avenida. Tal vez, por lugares donde sabía que no te iba encontrar. También por aquellos que sabía que te iba a ver, pero que no estabas. Miraba por la ventana del auto. Te buscaba.
Todavía te recuerdo. A veces.
De vez en cuando busco en mi billetera esos papeles pequeños, color ocre. Esas hojas mínimas, diminutas de fondo cuadriculado. Color naranja, no ocre, naranja. Las miro. Por momentos pienso en quemarlas. Otras, en tirarlas, pero siempre termino guardándolas en el lugar donde las puse aquella vez.
Antes solía mirar por mi ventana y pensaba que vendrías. Sentía tus pasos. Entonces me asomaba y espiaba detenidamente, pero nunca llegabas. Ahora, sé que ya no vas a volver.
De todos modos, ahora ya no te busco.
Paloma se está secando. De a poco. Creo que en realidad ya está muerta.
Todavía te recuerdo. A veces.
De vez en cuando busco en mi billetera esos papeles pequeños, color ocre. Esas hojas mínimas, diminutas de fondo cuadriculado. Color naranja, no ocre, naranja. Las miro. Por momentos pienso en quemarlas. Otras, en tirarlas, pero siempre termino guardándolas en el lugar donde las puse aquella vez.
Antes solía mirar por mi ventana y pensaba que vendrías. Sentía tus pasos. Entonces me asomaba y espiaba detenidamente, pero nunca llegabas. Ahora, sé que ya no vas a volver.
De todos modos, ahora ya no te busco.
Paloma se está secando. De a poco. Creo que en realidad ya está muerta.
1 comentario:
vaya...qué necesidad la mía, ésta de seguir leyendo.
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