Y un día al fin sucede y eso, lo que tanto sospechabas aparece frente a tus ojos.
Te mordés los labios, apretás fuerte tus puños, golpeas el escritorio y volvés a leer.
Querés creer que lo que leíste es mentira y te convences, pero en el fondo sabes que te fallaron, te mintieron.
Recordás todo lo que diste y el amor que tanto le tenías.
Te preguntas mil veces porqué y nunca llega la respuesta. Por lo menos para vos nunca llega una respuesta.
Y mientras caes en el desaliento profundo se instala la angustia para convertirse en llanto, y en el fondo sabés que nadie va a poder curar la herida que abrieron en vos.
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