Escuché una voz del otro lado del tubo. "Hola", dijo.
En un primer momento pensé que era mi primo. "Hola", le respondí.
"Hola. Hola", repitió.
Despúes del último "hola" supe que no era mi primo. No.
¿Me había olvidado tan rápido de su voz? ¿El tiempo había barrido con su recuerdo?. Quizás eran las gotas que habían hecho su efecto y ya no podía reconocer voces que me eran familiares.
¿Pero como no lo había reconocido? ¿Porqué a veces las personas son tan difícil de recordar y otras tan fáciles de olvidar?.
Esta tarde, ni bien subí al tren pensé en que debía llamarlo.Tenía algunas cosas suyas en mi poder y creí que lo más conveniente sería regresarlas: las cuentas claras conservan la amistad.Claro que en este caso el dicho no es aplicable porque de amigos no tenemos nada. Bueno, quizás ahora sí. Aunque dudo que quiera volver a verme. De todos modos, vamos a volver a cruzarnos. Tenemos algo en común.
Es muy curioso, pero siento que por primera vez en la vida tengo en mi poder dos cartas para jugar. Mejor dicho dos monedas de una sola cara: la buena.
Aunque sé con cual quedarme, la otra no deja de ser realmente valiosa.
Estoy convencida de que por más que intente explicarle no hay palabras que valgan en ese momento. Nada importa. Uno tan sólo regresa a su casa con su dolor y no importa nada más. Uno ve pasar a la gente como si fueran figuritas repetidas.
Lo cierto es que uno piensa en su dolor y en el nudo que se instaló en la garganta. Uno imagina como va a hacer para seguir adelante, como va a hacer para despertarse al otro día y seguir con la rutina cuando, en realidad, esa persona formaba parte de la rutina.
En muchas ocasiones fui yo la que estuvo del otro lado del teléfono. Fui yo la que pidió por favor por una ultima cita y mientras lo hacía pensaba ¿ Porque lo estoy haciendo?. No debía rogar.
En un par de días voy a encontrarme. Aunque ya sabe lo que voy a decirle creo que tiene ciertas esperanzas de que me arrepienta. De que lo piense mejor.
Sé que quizás estoy dejando escapar "algo grande"....."alguien grande", pero prefiero vivir con esa sensación toda mi vida a quedarme refugiada en él, porque creo que puede darme la seguridad que yo necesito. ¿Y el amor?...el amor no.
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