Cuando uno se encuentra con gratas sorpresas reafirma que la "vita é bella". Así me sucedió. Anoche.
Al salir de casa miré el cielo. Estaba repleto de estrellas y podía verse la luna llena.
Ahí estaba Elle A. La última vez que compartimos un vino (para tener una charla íntima ) yo usaba un sweeter de hilo marrón y un saco al tono. El invierno, aún, no había castigado las calles de nuestro barrio.
al saludarla una bocanada de frío salió de mi boca. Estaba feliz de darle un abrazo.
Subimos al auto y , mientras fumabamos un cigarrillo, nos pusimos al día con las buenas nuevas. Me contó sobre su actual obsesión por las fotos y que estaba tomando clases de edición. Al escucharla pensé en las vueltas de la vida . Elle A se había recibido de una profesión totalmente distinta a lo que estaba haciendo.Se la veía bien. Eso me puso contenta. Ver a Elle A en paz me hizo pensar en que, quizás, era su momento de "marea mansa". "¿Sería el momento de la mía?" , me cuestioné.
Cuando llegamos al bar dimos la vuelta manzana (un ritual que siempre se cumple entre nosotras). Luego, entramos al lugar. El box de siempre nos estaba esperando. Ordenamos un vino y seguimos fumando. Hablamos de todo otro poco. Pasaron unos minutos hasta que, derrepente, alguien golpeó la ventana que estaba de mi lado. Era Elle B. También, hacía meses que no la veía. La última vez que Elle A , Elle B y Elle C se habían juntado en este mismo bar ,yo había tenido un compromiso impostergable. Asique la alegria ,ahora, se duplicaba.
La sorpresa, entonces, vino de la mano de Elle B. Al verla me estaba enterando que tenía compañero nuevo. Buen mozo, por cierto. Me lo presentó. Nos saludamos cordialmente, pero (fiel a mi desprolijidad) tuve que poner en práctica uno de mis personajes. "Cada día estoy peor", confirmé.
Lo raro de todo esto es que ,a pesar del papelón, le caí bien al acompañante. Más tarde, me enteré que le había parecido un tanto histriónica. (Como a todos).
El acompañante de Elle B se quedó un rato. Despúes se fue.
La noche comenzó a partir de ése momento.
Intrigada le pregunté a Elle B de donde venía. Elle A y B se miraron. No pudieron evitar la carcajada. Ahí supe que había gato encerrado. "De un seminario", respondió Elle B y su cara se sonrojó automáticamente.
"Parece que ahora le dicen seminario el telo", dije en voz alta y nos echamos las tres a reír.
Ahí estabamos nosotras. Compartiendo un buen momento con un rico vino de por medio. Actualizandonos un poco sobre lo que venía pasando en nuestras vidas. De a ratos , aparecía el silencio cómplice que terminaba por romperse con risas , afirmaciones y preguntas. "¿Qué queres?", le comenté a Elle A. "Despúes queres que yo no esté loca. Me desayuno con esto. No entiendo nada", concluí la charla y tome otro sorbo de vino.
Al cabo de unas horas un viejo amigo y colega mandó un mensaje a mi celular. Decía que estaba con E por San Telmo y que, me extrañaban. La noticia me llenó de nostalgia y me alegré de que, todavía ,mi nombre estuviera presente entre ellos.
El bar, finalmente, se llenó. Elle C, que estaba en una reunión familiar, nos llamó para que fueramos a otro lugar donde estaban el resto de nuestros amigos. Despúes de terminar el vino fuimos para allá.
Cuando llegamos un amigo nos recibió resaltando nuestra innagotable paciencia. Habíamos decidido cambiar el rumbo de nuestra noche para hacerle el favor a Elle C que no podía plantar a los suyos para venirse con nosotras. En definitiva, el esfuerzo no era mayor. Eramos todos amigotes asique en un lado u otro la ibamos a pasar bien.
Tomamos algunas cervezas y charlamos otro poco.
La noche venía bastante bien: amigos íntimos , charlas interesantes y buena música. El combo perfecto.
La tercer sorpresa llegó ,entonces, cuando otro camarada (al que no veía desde diciembre) apareció en el lugar. "Gran abrazo", pensé. Hablamos mucho y recordamos anécdotas que creí haber olvidado.
En ése momento supe que las personas que uno eligió, realmente, para compartir su vida jamás se irán.
Pase lo que pase. Aunque las épocas cambien (y uno también) ésas vidas siempre estarán a tu lado. Acompañandote de algún modo.
Una vez más, estabamos todos juntos. Como en aquellos momentos. Como cuando solíamos abrazarnos en la Casa de A y brindar por cualquier motivo. Nuestras locuras estaban a la órden del día. Alguna vez, he visto a más de uno salirse de su cuerpo. Elevarse a un estado quasi humano y expresar deseos de desear.
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