sábado, 31 de mayo de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
Despabílate amor
Este es el momento en el que me vuelvo vulnerable y me pelotudizo. Empiezo a esperar cosas que nunca llegan, divago, me cuelgo con historias que yo misma invento cuando viajo en tren o en colectivo y lo hago, sólo, para matar el tiempo.
Ahora la que tiene que empezar a mover las fichas soy yo. Despertarme, ser más lúcida. Sé que si me lo propongo el mundo puede estar a mis pies.
Creo que el problema es otro.
No sé qué busco. No sé lo que quiero, pero lo quiero ya.
martes, 27 de mayo de 2008
Bombones
Los de menta, de dulce de leche, crema mocca o los que son todos de chocolate. A estos le sumo los rellenos de licor. Sí, hasta esos me gustan.
No sé si mi afán se despertó en mi adultez, pero cuando era más chica no comía tantos bombones.
Mi padre tenía... perdón tiene panadería y nunca me pasó lo que ahora: ¡Me comí 25 bombones en dos minutos!
Le llevé la caja a mi mamá y le pedí que , por favor, los escondiera bajo llave.
Mis amigas dicen que es por falta de sexo. Yo, me reservo la respuesta.
domingo, 25 de mayo de 2008
Locomotion
Anoche, mientras me maquillaba y terminaba de arreglarme noté que tengo dos arruguitas a los costados de mi boca. En un primer momento pensé en taparlas con base, pero despúes me dí cuenta de que es un signo de bienestar.
Resulta que, últimamente, me río mucho y ese es el motivo por el cuál aparecieron "mis dos amigas" que , por ahora, son pequeñas. Todavía soy jóven.
Es raro lo que me pasa, pero siento que estoy pasando por unas eternas vacaciones.
sábado, 24 de mayo de 2008
Me cago en el amor
-“No quiero pasar esas fechas lejos de vos. No quiero que estén todos y vos no ¿No entendés que no quiero?”, repetía ella.
-“Yo tampoco quiero. Me pondría muy triste”, respondió él.
Solían tener conversaciones ilógicas, enroscadas, de esas que no se sabe bien a qué apuntan, con qué fin surgen, pero que sin embargo, una vez por día, aparecen.
Casi, casi una necesidad. Quizás, esa era la única manera de constatar que seguían vivos cuando lo poco que tenían, lo poco que les quedaba se estaba muriendo.
Charlas que no sirven para nada, mejor dicho peleas. Las que comienzan con un simple comentario,siguen con un llanto en la escalera y terminan con un “Me voy a mi casa ¿Me abrís la puerta, por favor?”.
Así, una y otra vez. Sistemáticamente.
Esa fue la receta que ellos dos supieron preparar con esmero. Un banquete digno de ser probado.
La despedida más desafortunada del mundo.
Una despedida que nunca tuvo un último beso.
Confesiones de un niño de veinte
-XXX dice:¿Ahora? Escribiendo…
-XXY dice: Ayyy ella escribe. Tengo un ataque de besos que tienen todos tu nombre y te lo estas perdiendo.
-XXX dice:…
La última vez que me dijeron algo así, fue hace seis años.
domingo, 18 de mayo de 2008
Una larga búsqueda
Por Hermann Hesse- (Premio Nobel 1946)
Breve fragmento de la novela Demian
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero.
Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo. Oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede.
Todos llevan consigo hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Algunos no llegan jamás a ser hombre, y siguen siendo rana, ardilla u hormiga. Otros son hombre de la mitad para arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la naturaleza hacia el hombre.
Todos tenemos orígenes comunes: las madres. Todos venimos de la misma cima, pero cada uno, tentativa e impulso desde lo hondo, tiende a su propio fin.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
jueves, 15 de mayo de 2008
Carta de otoño
Me enteré tu última noticia. Fue por terceros. De todos modos, no hacía falta que me lo dijeras personalmente. Hace ya varios meses que no sabemos nada del otro y creo que, como vos bien dijiste, es lo más recomendable. Para ambos.
Debo confesarte que me sorprendió tu decisión. Tenía entendido que ese lugar era importante para vos. Por otro lado te comprendo: cumplió su ciclo. Todo cambia, todo se termina y está muy bien que así sea.
Para serte sincera me llena de tristeza saber que no voy a volver a leerte. Nostalgia y más nostalgia. Aunque vos no lo creas era uno de mis lugares preferidos. Me gustaba dar una vuelta por ahí, más bien los domingos, los días grises, a veces los feriados y ¿Porqué no? Los días festivos.
Era lindo saber que, aunque ya no te tengo, en ese espacio podía encontrarte, espiarte y así saber algo de vos.
Para mí fue muy importante formar parte de él.
Hoy, mientras caminaba de la estación hasta mi casa recordaba que, durante un tiempo, vos insistías en que yo no lo visitaba y era todo lo contrario. Todo lo contrario.
Conozco cada frase, cada palabra, las intenciones, los acentos, las comas y mayúsculas que conviven en ese lugar. Recuerdo cada imagen, verso o canción que supiste plasmar.
Era hermoso despertar y sumergirme en tu mundo.
Era hermoso saber que ahí podía encontrarte aunque sea por unos minutos.
Aunque ya no estés, muy de vez en cuando, prometo dar una vuelta por ese lugar para recordar que, alguna vez, fuimos felices.
Desde lo más profundo de mi alma
Con amor
N.
miércoles, 14 de mayo de 2008
lunes, 12 de mayo de 2008
sábado, 10 de mayo de 2008
Sin censura
Toma un cigarrillo, lo prende y se lo lleva a la boca. Mis ojos, como si fueran una especie de cámara registradora, siguen todos sus movimientos. Pita, mira para arriba, pone su cabeza de costado hasta que larga una bocanada casi perfecta.
Anoche, justamente le confesé que me gustaba verlo fumar. Su respuesta fue una mordida de labios y una sonrisa. Sublime, por cierto.
Mientras tomábamos un trago en el lugar de mesas color naranja tomó mis manos, las miró detenidamente (porque él es muy observador) y dijo que eran hermosas.
Yo odio mis manos y por eso suelo esconderlas. Las meto en los bolsillos del jean, por debajo de las mangas de las poleras, las tapo con guantes, me cruzo de brazos, las coloco entre mis piernas o por debajo de ellas. Cualquier cosa por no mostrar mis manos.
Sin embargo, anoche, cuando comentó que le parecían bonitas debo confesar que las ví con otros ojos y por un segundo pensé: “Eh, no son taaaan feas”.
Hablando de manos también dijo que teníamos que hacer guantes. Mi respuesta fue: “Cuando quieras. Te voy a hacer m….”, y a eso le sumé el vaivén de mis puños. Una respuesta poco femenina, lo sé. Es que tenía que sonar convincente. No soy “La Tigresa” Acuña, pero debo decir que tengo buena técnica. Por lo menos, eso dijo mi profesor. El único problema es que no podría pegarle o hacer qué le pego. Me inspira mucha ternura. Debe ser su mirada.
Él dice que tengo cara de perrito mojado cuando miro. Supongo que será verdad porque ya lo han dicho en otras oportunidades, pero él también tiene cara de perrito mojado. Cada vez que me mira me gusta más. Cada vez que se lleva un cigarrillo a la boca me dan ganas de decir “aplausos, por favor”. Y ni hablar de cómo canta.
La primera vez que lo ví fue en la casa de un amiga en común. Esa noche lo escuché por primera vez. Quedé muda ¡Y mirá que hay que conseguir callarme! Lo mismo sucede ahora. Cuando canta (aunque él no me ve) cierro los ojos y entro en una especie de viaje sin regreso.
La verdad es que nos estamos conociendo. De a poco, con prudencia. No queremos que nada obstaculice nuestros objetivos. Dicho así, suena contradictorio porque después de todo lo que escribí suena un tanto difícil manejar los sentimientos con moderación. Sobretodo para gente como yo: impulsiva, ansiosa, super-hiper sentimental y con el corazón servido en bandeja. Peor aún si la persona que tengo enfrente de mí fuma,mira, habla y canta de esa manera. Se complica.
Cuando íbamos hasta el auto (mujeres argentinas debo informarles que todavía existen hombres que abren las puertas de los autos) le confesé que venía reprimiéndome con el tema de los post en mi blog. “Por favor, no lo hagas. Sería terrible que no escribieras por temor a que yo piense tal o cuál cosa”, dijo. Subí pensando en que, hoy, iba a postear esto y mientras él pasaba por delante del auto supe que también me gustaba su forma de caminar.
¿Qué? ¿Estoy complicada? ¿Demasiadas confesiones? ¿Soy vulnerable? No lo sé. O quizás sí. Se siente bien. Son como esos días de festejo, alegres, con sol y mariposas en el jardín ¿Me estoy volviendo re cursi? Sí. Un cisne, como dice una amiga. No me preocupa. No tanto como lo que puede provocar este estado de boludez total en el que me paso las 24 hs del día colgada de una palmera imaginando que estará haciendo, que pensará, que comerá, etc.
¿Algo peor? Tenía que pasar la prueba de fuego. No sólo sacó ventaja, sino que me dejó pensando, toda la noche, en ese beso.
Si algo faltaba para que me guste, aún más, era “il primo baccio”.
Y así fue. No esperaba menos. Besarlo fue dar un paseo por las nubes.
domingo, 4 de mayo de 2008
Participante Nº 1569
Miércoles por la tarde. Cansada de tipear voy a la cocina de la redacción en busca de un vaso de agua. En la máquina de café un muchacho elige capuccino con chocolate y tres de azúcar.
Me sirvo agua. Lo miro. Me mira. Nos miramos y empiezo a reírme.
Ya sé que existen las casualidades, pero esta no es una más. Esta (creo) es una causalidad.
Él me mira. No dice nada, pero levanta los hombros y hace un gesto con su cara intentando adivinar de qué me río.
-¿Cómo te llamás?
-Lucio
-Carcajada mal
-…
-¿Vos fuiste al casting de OT?
-ehhh (chequea que en la cocina no haya nadie más que nosotros)
-Yo hice la fila con vos. Estábamos con otro chico más y los tres esperamos que el de barba nos llame ¡Vos cantaste Easy! ¿Te acordás?
-Boluda qué memoria que tenés. Sí, ahora me acuerdo de vos ¿Qué haces acá? ¿No me digas que trabajas en la revista de…?
-Sí, vine a buscar agua…jaja
-Qué loco. Yo estoy en edición ¡Qué casualidad!
-Sí ¿No?
-Creo que todavía tengo tu mail
-¿Te llamaron alguna vez?
-No ¿A vos?
-Tampoco