miércoles, 27 de febrero de 2008

Entrevista con Daniel Hendler

En breve saldrá publicada. De todos modos, la posteo en mi humilde espacio, uno de mis pocos medios de expresión. Se aceptan comentarios.


“Tenía ganas de patear el tablero”

Nació en Montevideo, Uruguay, en 1976. Primero quiso ser actor, después músico, también arquitecto, pero finalmente se decidió por la actuación. Sin duda, una elección acertada. Si bien, en su país había protagonizado varios cortos y largometrajes en el suelo porteño se hizo conocido por los avisos de una famosa empresa telefónica.
Daniel Hendler, uno de los actores jóvenes más destacados del momento, hizo su paso por el teatro, se afianzó como una de las caras del cine nacional, y ahora incursiona en la pantalla chica de la mano de “Aquí no hay quien viva”, la adaptación de una entretenida comedia que se originó en España y que, actualmente, se emite por la pantalla de Telefé.
Sentado en una de las mesas del bar de Teleinde, mientras toma un pequeño descanso para volver a las grabaciones confiesa: “Tenía ganas de patear un poco el tablero y probar suerte en la pantalla chica. Identificarme sólo como un actor de cine no es algo que me interese”.

Ninna: ¿Cómo se decidió a trabajar en televisión?

Daniel Hendler: Por varios motivos: porque es un medio en el que no tenía ningún tipo de entrenamiento y tampoco nunca dije “no aceptaría hacer televisión” y la verdad es que me estaba empezando a tentar. Por otro lado, implica un trabajo estable y eso era parte de mi búsqueda.

N: ¿Qué fue lo que le atrajo de este proyecto?

D.H: La propuesta me pareció muy justa .Se trataba de una comedia coral con un elenco muy tentador y cuando me dieron a conocer los nombres me cerró la idea. Eso fue lo que más me sedujo. Además, conocía a los guionistas, de los cuales soy amigo, y me gusta como laburan.

N: ¿Se acostumbró a los tiempos de la tele?

D.H: Más que a los horarios fijos, que de repente en un rodaje también tenes 12 horas laborales, el punto está en los tiempos de preparación de las escenas y en los espacios previos para armar los personajes. Son bastantes comprimidos, pero eso te somete al desafío de estar abierto y flexible para ir a encontrarte con mucha información que explota en el set.

En el unitario, Hendler interpreta a Román, el encargado de un edificio donde conviven familias de distintas condiciones económicas, sociales y sexuales y que nunca se ponen de acuerdo en nada. Si bien, los lineamientos del personaje venían estipulados desde el guión y la adaptación, el actor cuenta que existieron ciertos detalles que surgieron a último momento. “Lo de la gomina en el pelo fue una decisión medio apurada que se tomó cuando me pidieron de grabar la promo del programa. Entre los peluqueros, la productora, el director y yo propusimos esta imagen. Quedó bien y se largó así”.


N: ¿Se parece en algo al personaje de la serie española?

D.H: No era exactamente como este, pero acá los guionistas propusieron esta idea y después fueron surgiendo complementos como su adicción por el mate, que no hacen a su esencia, pero le da color.

N: Y que, también, tiene algo en común con usted…

D.H: (risas) Eso sí. Estuvo bueno porque suelo llegar a la grabación con el mate. Ahora directamente salgo con el mío. Igual, estamos intentando que utilería ponga un set propio por si, algún día, me olvido de traerlo.

En 1994 comenzó a formarse en la actuación. Con un grupo de amigos crearon el colectivo de teatro “Acapara el 522”, una especie de chiste interno y juego de palabras con el lugar donde paraba la línea de colectivos en su ciudad natal. Años más tarde la vida le daría una justa recompensa por su desempeño como artista: recibió el Premio Actor Revelación Clarín 2000 y el Premio Actor Revelación 2000, otorgado por la Asociación de Críticos de Uruguay. A pesar de esto siempre mantuvo un perfil bajo. Algo que con su paso por la tele, ahora le resulta un tanto difícil de conseguir. “Me encontré con un público de niños y adolescentes que nunca antes se habían acercado ya que las películas en las que trabajé generalmente estaban orientadas a adultos. Los chicos están bastante copados con el programa. Me pasó de ir por la calle y que me pidan autógrafos o de sacarme fotos. Por ahora, me llevo bien y no me resulta invasivo”.

N:¿Tenía prejuicios de trabajar en televisión?

D.H: Sí, pero sobre todo me costó mucho asumir que era actor. Yo estudiaba arquitectura y mientras tanto trabajaba de esto. No hace mucho que empecé a poner en los formularios que era actor. Tiene que ver con una vida que yo no soñaba. En sí, el entrenamiento que implica la experiencia de trabajar en televisión me resulta interesante. Más bien el prejuicio está en que conlleva un tiempo de más exposición, temporadas largas, mucho ritmo y agotamiento.

N: Fue una buena elección entonces…

D.H: Te diría que estoy en pleno proceso. Por ahora, la paso bien y estoy contento. Sí

N: ¿Qué aporta Daniel Hendler al programa?

D.H: Pretendo darle un color a esa gama que conforman estos personajes. Cada uno tiene que encontrar una locura diferente para generar la grupal del consorcio. Lo interesante es lograr el tono común, los contrastes, equilibrios y eso es algo que sentimos que se está produciendo de a poco. Me atrevería a decir que, recién, en estos últimos capítulos se fue dando. Nos llevó tiempo conseguir el engranaje para empezar a movernos con más diversión.

Hace algunos años abandonó su Montevideo querido para vivir una historia de amor junto a la actriz y directora argentina Ana Katz con quien tuvo la suerte de trabajar en “Una novia errante”, la ultima película de la directora. Pero no todo fue color de rosa para el actor. Dejar Montevideo, también tuvo su peso. “La humildad en mi ciudad es sobrevalorada y yo crecí con esos valores. No te voy a decir que se me reían en la cara, pero a pesar de mi gran valor las cosas no me resultaron tan fáciles”, dice el actor uruguayo.
Pensativo, de diálogo amable y muy seguro de su discurso confiesa: “Me costó tomar la decisión. Me fui mudando de a poco. Eso hizo que me fuera adaptando de adentro hacia fuera: de la habitación a la casa y de la casa al barrio y de ahí a la ciudad. Fue progresivo y conseguir esa comodidad no fue hace mucho”. Con un pie a un lado y al otro del Río de la Plata el actor confiesa que lo que más extraña de Montevideo es “su tranquilidad, la escala humana de las calles, su arquitectura”

N: A nivel profesional ¿Cuál es su objetivo hoy por hoy?

D.H: Uno debería ser una empresita que se diversifica todo el tiempo porque eso es lo que nos hace seguir aprendiendo. La idea es variar en vez de transformar.

N: Para concluir, si tuviera que elegir entre el cine, el teatro o la televisión ¿Con cuál se quedaría?

D.H: Es difícil.

N: Juéguese por una...


D.H: (risas) No, no puedo. Es muy difícil. En este momento de mi vida elijo la televisión. El año que viene me gustaría hacer cine y teatro.

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